La teoría científica de la administración
Se refiere a un enfoque en la gestión y organización que busca aplicar métodos científicos y principios para mejorar la eficiencia y la productividad en el ámbito laboral. Esta teoría se desarrolló a principios del siglo XX y tuvo influencia en el movimiento de la administración científica, liderado principalmente por Frederick Taylor.
El método empleado consiste en la observación, la experimentación y el análisis de las posibilidades o los resultados. En relación con el entorno organizacional, esto implica la observación del medio en el que se realiza el trabajo, la experimentación con distintas formas de completarlo y el análisis de los efectos de los cambios hechos.
Orígenes de la administración científica
A principios del siglo XX, Frederick W. Taylor crea la teoría científica de la administración. Debido a que es el padre del movimiento, también llega a conocérsele como taylorismo.
Como parte de sus conclusiones al trabajar en una planta acerera, se dio cuenta de que había un bajo nivel de producción, un alto desperdicio de recursos y una utilización reducida de la capacidad potencial de los trabajadores. Indujo que eso se debía a la falta de estandarización en los procesos laborales y las tareas de los empleados.
Frederick Taylor (1856-1915)
Taylor fue un ingeniero mecánico y consultor de gestión que aplicó métodos científicos para mejorar la eficiencia en la producción industrial. Su obra más influyente es “Principios de Administración Científica” (1911), donde presentó sus ideas sobre cómo aplicar métodos científicos al trabajo para aumentar la productividad.
Énfasis en la eficiencia y la productividad
Taylor estaba preocupado por la falta de eficiencia y la pérdida de productividad en las organizaciones industriales de su tiempo. Creía que aplicando métodos científicos, se podía encontrar la “mejor manera” de realizar tareas y procesos.
Estudio de tiempos y movimientos: Taylor y sus seguidores realizaron estudios detallados de tiempos y movimientos para analizar cada tarea y determinar la manera más eficiente de llevarla a cabo. Esto implicaba dividir el trabajo en tareas simples y medir el tiempo necesario para realizar cada una.
División del trabajo y especialización: Taylor abogaba por la división del trabajo y la especialización, asignando tareas específicas a trabajadores especializados. Creía que esto aumentaría la eficiencia y reduciría los costos de producción.
Incentivos y recompensas
Taylor propuso un sistema de incentivos basado en el pago por pieza, donde los trabajadores recibirían más dinero por producir más. La idea era motivar a los empleados a trabajar de manera más eficiente y productiva.
Enfoque científico: La administración científica se basa en la aplicación de principios científicos al trabajo y la gestión. Taylor sostenía que los métodos científicos podrían aplicarse para eliminar la improvisación y la intuición en la toma de decisiones gerenciales.
Las críticas se centran en aspectos como la falta de consideración de las necesidades humanas y la naturaleza repetitiva y rutinaria de algunas tareas propuestas por este enfoque. A pesar de las críticas, la administración científica influyó en el desarrollo de la gestión organizacional y dejó un legado duradero en la teoría y práctica de la administración.
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